jueves, 21 de julio de 2016

¿CELOS?


Proverbios 27:4
"Cruel es el furor e inundación la ira;
pero ¿quién se mantendrá ante los celos?"


Los celos son una emoción poderosa. Pueden hacer que las personas se vuelvan irracionales e incluso llevarlos a querer matar.

Saúl se había convertido en celoso de David y quería matarlo (v 25b). Anteriormente, Saúl había estado muy agradecido con David por deshacerse de Goliat y encabezar la victoria de Israel sobre los filisteos. Pero, con el tiempo, comenzó a notar que Jonatán, su hijo y heredero no sólo había llegado a ser muy cercano a David, sino que también trataba a David como su igual (vs 1-4). Entonces, su propio pueblo, al que había defendido ferozmente de todos sus enemigos comenzaron a exaltar a David sobre él (v 7). También descubrió que su hija Mical estaba enamorada de David (v 20). Incluso el Espíritu de Dios se había apartado de Saúl y se había ido con David (v 12). Saúl era demasiado inseguro para hacer frente a todas estas cosas.

Los compañeros constantes de los celos son el odio y el miedo. Nuestras emociones negativas son como masilla en las manos del diablo para hacer lo que quiera con nosotros. Cada vez que sentimos que estamos siendo alcanzados por dichas emociones, hay que tener tiempo para buscar en nosotros mismos, nuestros sentimientos, rendirnos a Dios y pedirle que nos renueve. Si no, vamos a seguir el camino de Saúl y vamos a vivir atormentados.

Por mucho que Saúl quería matar a David, él no quería estar implicado directamente en el asesinato de David porque él sabía lo mucho que la gente lo amaba. Aún él sabía que esos sentimientos lo podían llevar a la autodestrucción.


¿Cómo podemos aconsejar a alguien que se siente amenazado por el éxito de un colega? Oremos para que los cristianos nos sintamos tan seguros en Cristo que nos  regocijemos con las victorias de nuestros cercanos.

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