Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 10 de julio de 2016
EXAMINARNOS A NOSOTROS MISMOS
1 Corintios 11:28
"Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa."
Pablo aquí habla en contra del abuso de la Cena del Señor. La iglesia de Corinto estaba en peligro de despreciar a la iglesia de Dios y humillar a los miembros pobres en medio de ellos. En lugar de tomar parte en la unidad había división obvia. Parece ser que los miembros ricos comían sus propias porciones generosas que no estaban siendo compartidas con los miembros más pobres. Pablo no tenía elogios para aquellos cristianos que no tenían en cuenta sus hermanos más pobres. Pablo les recuerda que debido a que todos comen del mismo pan, que en conjunto constituye el único cuerpo de Cristo, sus "divisiones" lo único que podían lograr era destruir esa unidad.
Por otra parte, un abuso del "cuerpo" de este tipo es un abuso de Cristo mismo. Ellos estaban abusando de Aquel que con su muerte y resurrección, les dio vida a ellos y les pidió su devoción.
La Cena del Señor es esencialmente un constante recordatorio del sacrificio de Cristo y el precio que pagó por la redención de su pueblo.
Por lo tanto, la mesa no es un lugar de condenación, sino de gracia y la aceptación. Un creyente nunca será 'digno' de estar en la mesa; venimos a causa de la obra terminada de Cristo. Las Escrituras nos exhortan a examinarnos a nosotros mismos antes de que participemos del pan y el vino, así que no vamos a considerar a la ligera el sacrificio del Señor Jesús por nuestros pecados.
La próxima vez que participemos de la Cena del Señor, vamos a recibir, aceptar el perdón y sacrificio de Jesús. Vamos también nosotros a confesar nuestros pecados, a arrepentirnos y a revivir el deseo de vivir para dar gloria al Señor.
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