Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 15 de julio de 2016
¿DÓNDE ESTÁ, OH SEPULCRO, TU VICTORIA?
1 Corintios 15:55
"¿Donde esta, oh muerte, tu victoria? ¿Donde, oh sepulcro, tu aguijon?"
¿En qué forma se levantó de los muertos? La respuesta: "En un nuevo cuerpo" El cuerpo que tendremos después de esta vida, será nuevo... celestial, espiritual, e incorruptible, en contraste con nuestro presente terrenal, natural, el cuerpo en descomposición.
¿Tenía la iglesia de Corinto malinterpretada la resurrección como una simple reanimación del cuerpo? Pablo señala que la resurrección de Cristo fue, obviamente, la transformación de su cuerpo físico humano en un "cuerpo glorificado".
Pablo trata de explicar la idea de un cuerpo "espiritual" (celeste/glorificado) comparándolo con semillas y plantas. Cuando uno quiere hacer crecer una planta, uno no pone una planta de plena madurez en el suelo. Es la semilla que sufre una metamorfosis maravillosa en un tipo diferente de "cuerpo" del todo. La semilla y la planta son una y la misma, el primero transfigurante y transformando en este último en una realidad continua.
Dado que el presente cuerpo está bajo la maldición original de pecado, debe ser transformado. El cuerpo perfeccionado es imperecedero e incorruptible, lo que permite a los creyentes a entrar en forma apropiada a Sus moradas celestiales. "Lo corruptible será vestido de incorruptible."
Demos gracias por la resurrección de Cristo. Sin esta verdad fundamental, todo estaría perdido. Tomemos tiempo para reflexionar sobre lo que la obra terminada de Cristo nos ha ganado. Y demos gracias de corazón.
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