domingo, 2 de abril de 2017

ÉL ES REY

 

Salmos 10:16
"Jehová es Rey eternamente y para siempre;
De su tierra han perecido las naciones."


¡Jesucristo no es un pretendiente que con prepotencia se ha hecho acreedor del derecho divino, sino que es realmente y verdaderamente el ungido del Señor! "Ha agradado al Padre que en Él habite toda plenitud". Dios le ha dado todo poder y toda autoridad. Como el Hijo del Hombre, Él es ahora cabeza sobre todas las cosas, y reina sobre el cielo, y la tierra, y el infierno, con las llaves de la vida y la muerte en su poder


Algunos príncipes se han alegrado de llamarse reyes por la voluntad popular, y ciertamente nuestro Señor Jesucristo es tal en su iglesia. Si pudiera ser puesto a la votación si debía ser Rey en la iglesia, todo corazón creyente lo coronaría. ¡Oh, que pudiéramos coronarlo más gloriosamente que nosotros! No podríamos escatimar en nada que pudiera glorificar a Cristo. El sufrimiento sería placer, y la pérdida sería ganancia, si así pudiéramos rodear su frente con coronas más brillantes, y hacerlo más glorioso a los ojos de los hombres y ángeles. Sí, él reinará. ¡Larga vida al rey! ¡Todo el honor a ti, Rey Jesús! 

Por otra parte, nuestro Señor Jesús es Rey en Sión por derecho de conquista: ha tomado y llevado por la tormenta los corazones de su pueblo, y ha matado a sus enemigos que los mantenían en crueles servidumbre. En el Mar Rojo de su propia sangre, nuestro Redentor ha ahogado al Faraón de nuestros pecados: ¿No será Rey en nuestro corazón? Él nos ha librado del yugo de hierro y de la pesada maldición de la ley: ¿No será coronado el Libertador? Nosotros somos su porción, a quien ha sacado de la mano del amorreo con su espada y con su arco: ¿Quién arrebatará su conquista de su mano? 

¡Salve, Rey Jesús! ¡De buen grado somos súbditos de tu suave influencia! Reina en nuestros corazones para siempre, tú precioso Príncipe de la Paz.

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