lunes, 17 de abril de 2017

SU PUEBLO




2 Corintios 6:16
"¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
    Habitaré y andaré entre ellos,
    Y seré su Dios,
    Y ellos serán mi pueblo."

   
¡Qué dulce título: "¡Mi pueblo!" ¡Qué alentadora revelación: "¡Su Dios!" ¡Cuánto de significado está expresado en esas dos palabras: "Mi pueblo!" 


El mundo entero es de Dios. El cielo también es del Señor, y Él reina entre los hijos de los hombres. Pero hay una parte especial de los que Él escogió, a quienes Él se compró a sí mismo, dice lo que no dice de otros: "Mi pueblo". En esta palabra está la idea de la propiedad. De una manera especial la "porción del Señor es su pueblo, Jacob es la suerte de su herencia". Todas las naciones sobre la tierra son suyas, el mundo entero está en su poder... Pero son su pueblo, su escogido, y más especialmente su posesión, porque ha hecho más por ellos que por otros: Los ha comprado con su sangre, los ha acercado a sí mismo. Ha puesto su gran corazón sobre ellos, los ha amado con un amor eterno, un amor que muchas aguas no pueden calmar, y que las revoluciones del tiempo nunca serán suficientes para disminuir. 

Queridos amigos, ¿pueden ustedes, por fe, verse en ese número? ¿Puedes mirar al cielo y decir: "Mi Señor y mi Dios, soy parte de tu pueblo escogido"? ¿Puedes leer el Libro de Libros, y encontrar allí las escrituras de tu salvación? ¿Puedes leer tu título en sangre preciosa? ¿Puedes, por humilde fe, aferrarte a las vestiduras de Jesús, y decir: "Mi Cristo"? 

Si puedes, entonces Dios dice de ti, y de otros como tú, "pueblo mío"; Porque si Dios es tu Dios, y Cristo tu Cristo, el Señor te tiene un favor especial y peculiar: Eres el objeto de su elección, aceptado en su amado Hijo.

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