viernes, 8 de junio de 2018

ACEITE DE UNCIÓN



Éxodo 35:8
"...aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático..."


Se hizo mucho uso de este aceite de unción bajo la ley, y lo que representa es de importancia primaria bajo el evangelio. El Espíritu Santo, que nos unge para todo servicio santo, es indispensable para nosotros si queremos servir al Señor de manera aceptable. Sin su ayuda, nuestros servicios religiosos no son más que una oblación vana, y nuestra experiencia interna es algo muerto. Cada vez que nuestro ministerio no tiene unción, ¡qué cosa miserable se vuelve! ni las oraciones, las alabanzas, las meditaciones y los esfuerzos de los cristianos son ni mucho menos superiores. 


Una santa unción es el alma y la vida de piedad, su ausencia es la más grave de todas las calamidades. Ir delante del Señor sin ungir es como si algún levita común se hubiera metido en la oficina del sacerdote: sus ministraciones habrían sido más bien pecados que servicios. Que nunca nos aventuremos en ejercicios sagrados sin unciones sagradas. Las especias de elección se combinaron con el arte más raro del boticario para formar el aceite de la unción, para mostrarnos cuán ricas son todas las influencias del Espíritu Santo. Todas las cosas buenas se encuentran en el Consolador divino. El consuelo inigualable, la instrucción infalible, el avivamiento inmortal, la energía espiritual y la santificación divina se combinan con otras excelencias en ese sagrado colirio, el aceite de la unción celestial del Espíritu Santo. Transmite una deliciosa fragancia al personaje y la persona del hombre sobre el que se vierte. 

Nada parecido se puede encontrar en todos los tesoros de los ricos, o los secretos de los sabios. No es para ser imitado. Viene solo de parte de Dios, y se da gratuitamente, a través de Jesucristo, a cada alma que espera. Busquémoslo, porque podemos tenerlo, puedes tenerlo esta misma tarde. ¡Oh Señor, unge a tus siervos!

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