Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 1 de junio de 2018
HAGAMOS NUESTRO TRABAJO
Eclesiastés 9:10
"Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría."
"Todo lo que te viniere a la mano para hacer", se refiere a las obras que son posibles. Hay muchas cosas que nuestro corazón busca hacer y que nunca haremos. Está bien, está en nuestro corazón; pero si fuéramos eminentemente útiles, no debemos contentarnos con formar esquemas en nuestro corazón y hablar de ellos; Prácticamente debemos llevar a cabo "todo lo que nos viniera a la mano para hcer". Una buena acción vale más que mil teorías brillantes.
No esperemos grandes oportunidades o un tipo diferente de trabajo, pero hagamos las cosas que dependen de nosotros día a día. No tenemos otro momento para vivir. El pasado se fue; el futuro no ha llegado; nunca tendremos más tiempo que el tiempo presente. Entonces no esperemos hasta que nuestra experiencia haya llegado hasta la madurez antes de intentar servir a Dios. Esforcémonos ahora por dar fruto. Sirvamos a Dios ahora, pero tengamos cuidado con la forma en que realizamos lo que tengamos que hacer: "Hagámoslo con Su poder".
No desperdicies tu vida pensando en lo que piensas hacer mañana, como si eso pudiera recompensar la inactividad de hoy. Ningún hombre sirvió a Dios haciendo cosas mañana. Si honramos a Cristo y somos bendecidos, es por las cosas que hacemos hoy. Cualquier cosa que hagas por Cristo, arroja a toda tu alma en ella. No le des a Cristo un poco de trabajo a regaña dientes, hecho como una rutina de vez en cuando; cuando le sirvas, hazlo con corazón, alma y fuerza.
Pero, ¿dónde está el poder de un cristiano? No está en sí mismo, porque él es la debilidad perfecta. Su poder radica en el Señor de los Ejércitos. Entonces busquemos su ayuda; continuemos con la oración y la fe, y cuando hayamos hecho lo que nuestra "mano haya resuelto", esperemos al Señor para su bendición. Lo que hagamos así estará bien hecho, y no fallará en su efecto.
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