Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 6 de junio de 2018
MARDOQUEO
Ester 10:3
"Porque Mardoqueo el judío fue el segundo después del rey Asuero, y grande entre los judíos, y estimado por la multitud de sus hermanos, porque procuró el bienestar de su pueblo y habló paz para todo su linaje."
Mardoqueo fue un verdadero patriota, y por lo tanto, siendo exaltado a la posición más alta bajo Asuero, usó su eminencia para promover la prosperidad de Israel. En esto, él era un tipo de Jesús, quien, en su trono de gloria, no busca lo suyo, sino que usa su poder para su pueblo.
Sería bueno que cada cristiano fuera un Mardoqueo de la iglesia, esforzándose de acuerdo con su habilidad para procurar el bien de alla. Algunos se colocan en estaciones de prosperidad e influencia, y honran a su Señor en los lugares altos de la tierra y testifican de Jesús ante los grandes hombres. Otros tienen lo que es mucho mejor, es decir, estrecha comunión con el Rey de reyes, que se aseguran de suplicar diariamente por los débiles del pueblo del Señor, los que dudan, los tentados y los que no tienen consuelo.
Los creyentes instruidos pueden servir mucho a su Maestro si presentan sus talentos para el bien general, y les imparten a los demás su riqueza de aprendizaje celestial, enseñándoles las cosas de Dios. El que bendice a los demás no puede dejar de ser bendecido a sí mismo. Por otro lado, buscar nuestra propia grandeza personal es un plan de vida malvado e infeliz, el final de ese camino será penoso y fatal.
Aquí está el lugar para preguntarte, mi amigo, si has hecho lo que puedes en busca de la riqueza de la iglesia en tu vecindario. Amigo, únete a los pobres del Señor, lleva su cruz, haz todo lo bueno que puedas, y no perderás tu recompensa.
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