domingo, 17 de junio de 2018

ÉL TIENE MUCHO PUEBLO EN ESTA CIUDAD



Hechos 18:10
"Porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad."


Esto debería ser un gran estímulo para tratar de hacer el bien, ya que Dios tiene entre los más viles, un pueblo elegido que debe ser salvado. Para muestra un botón: Mi propia vida. Cuando llevas la Palabra a ellos, lo haces porque Dios te ha ordenado ser el mensajero de la vida para sus almas. Y si algunos de ellos creen en ese mensaje, son tan redimidos por la sangre como los santos ante el trono eterno. Son propiedad de Cristo, tal vez ahora son amantes de la cerveza y aborrecedores de la santidad; pero si Jesucristo los compró, los tendrá. 


Dios no es infiel en olvidar el precio que su Hijo ha pagado. No permitirá que su sustitución sea, en cualquier caso, una cosa ineficaz y muerta. Decenas de miles de redimidos todavía no se han regenerado, pero deben ser regenerados; y este es nuestro consuelo cuando salimos a ellos con la vivificante Palabra de Dios.

Cristo oró por ellos (y nosotros) también. "No ruego solamente por estos", dijo el gran Intercesor, "sino también por los que me creerán por su palabra". ÉRamos almas pobres e ignorantes, no sabíamos nada acerca de la oración por nosotros mismos, pero Jesús ora por nosotros. 


Algunos quizás aún no quieran saber nada. El momento predestinado no ha llegado; pero, cuando llegue, obedecerán, porque Dios tendrá lo suyo; deben hacerlo, porque el Espíritu no debe ser resistido cuando sale con plenitud de poder; deben convertirse en siervos voluntariosos del Dios viviente. 

"Mi pueblo estará dispuesto en el día de mi poder". "Él justificará a muchos". "Verá el trabajo de su alma". "Le dividiré una porción con los grandes, y Él dividirá el despojo con los fuertes". ¡Bendito sea Dios!

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