Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 15 de junio de 2018
SIN MANCHA
Cantares 4:7
"Toda tú eres hermosa, amiga mía,
Y en ti no hay mancha."
Habiendo pronunciado a su Iglesia palabras llenas de belleza, nuestro Señor confirma su alabanza con un precioso negativo: "En ti no hay mancha".
Como si se le ocurriera al Novio que el mundo insinuaría que solo había mencionado sus partes atractivas, y había omitido deliberadamente aquellas facciones que estaban deformadas o contaminadas, lo resume todo al declararla universal y completamente justa, y totalmente desprovista de mancha. La verdad es que fallamos, y seguro que cada uno de nosotros ha hecho "méritos"para desfigurar esa belleza, pero incluso a partir de esas imperfecciones, el creyente atractivo a los ojos de su Señor.
Si Él hubiera dicho que hay cicatrices horribles, deformidades horribles, úlceras mortales, incluso entonces podríamos habernos maravillado; pero cuando Él testifica que la Amada está libre de la más mínima mancha, todas estas otras formas de impureza están incluidas, y la profundidad de la maravilla aumenta. Si Él hubiera prometido eliminar todos los puntos negativos poco a poco, deberíamos haber tenido un motivo eterno de alegría; pero cuando habla de ello como ya lo hizo, ¿quién puede contener las emociones más intensas de satisfacción y deleite? Oh mi alma, aquí hay alimento para ti, quédate satisfecha con los manjares reales.
Cristo Jesús no tiene disputa con su cónyuge. Ella a menudo se aleja de Él, y aflige a su Espíritu Santo, pero Él no permite que sus fallas afecten su amor. A veces reprende, pero siempre de la manera más tierna, con las mejores intenciones: es "mi amor" incluso entonces. No hay memoria de nuestras locuras, no aprecia los malos pensamientos de nosotros, pero Él perdona y ama también después de la ofensa que antes. Es bueno para nosotros que sea así, porque si Jesús fuera tan consciente de las lesiones como nosotros, ¿cómo podría comunicarse con nosotros?
Muchas veces un creyente dejará de estar de humor con el Señor por algún leve cambio en la providencia, pero nuestro precioso Esposo conoce demasiado bien nuestros corazones tontos como para ofenderse por nuestros malos modales.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario