Josué 21:43-45
"Así fue como el Señor les entregó a los israelitas todo el territorio que había prometido darles a sus antepasados; y el pueblo de Israel se estableció allí.
El Señor les dio descanso en todo el territorio, cumpliendo así la promesa hecha años atrás a sus antepasados. Ninguno de sus enemigos pudo hacer frente a los israelitas, pues el Señor entregó en sus manos a cada uno de los que se les oponían. 45 Y ni una sola de las buenas promesas del Señor a favor de Israel dejó de cumplirse, sino que cada una se cumplió al pie de la letra."
Dios cumple sus promesas. Si Él ha dicho algo, lo hará. Lo que sucede es que nosotros queremos que sea en nuestro tiempo, pero Él sabe mejor que nadie cuándo y cómo necesitamos de sus bendiciones.
Como padres de familia, si un hijo nuestro de 2 años nos pide un cuchillo, ¿Se lo damos? Seguramente que no. Pero si nuestro hijo graduado de Chef Profesional nos pide uno, no dudaremos en dárselo. Hay un contexto detrás de cada respuesta de Dios.
Y en el caso del pueblo de Dios, ciertamente Él les da la tierra prometida. Los acompaña para que ellos se sientan bien conquistando, pero lo da en el momento en el que sabe que será mejor para todos. No a esa generación desagradecida que vagó en el desierto y que murmuraban constantemente contra Moisés y contra el Señor. No, a ellos no, pero sí cumple su promesa de darle un lugar a Israel para que se establezca como nación.
La próxima vez que te sientas tentado a dudar y si la incredulidad se apodera de ti por alguna promesa que Dios aún no cumple recuerda: Es en el tiempo de Dios, no en el nuestro.
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