Jueces 6:14-16
"El Señor lo encaró y le dijo:
—Ve con la fuerza que tienes, y salvarás a Israel del poder de Madián. Yo soy quien te envía.
—Pero, señor —objetó Gedeón—, ¿cómo voy a salvar a Israel? Mi clan es el más débil de la tribu de Manasés, y yo soy el más insignificante de mi familia.
El Señor respondió:
—Tú derrotarás a los madianitas como si fueran un solo hombre, porque yo estaré contigo."
El Señor se vuelve a Gedeón, dando a entender que (en este caso) el Señor y el ángel del Señor son uno en el mismo. Aún cuando Gedeón se veía a sí mismo como alguien débil e insignificante, Dios le ofrece su protección y su presencia. Vemos también una promesa similar dada directamente a nosotros por medio de Jesús.
Mateo 28:20 dice:
"...enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo."
Dios por medio de su hijo nos está ofreciendo también su presencia, su protección y su fuerza (personificada por medio del Espíritu Santo. ¿Cómo debería afectar esta esperanza a nuestra forma de vida?
Oración: Señor, gracias porque sigues obrando y actuando en mi vida de la misma forma que lo hacías en el Antiguo Testamento. Ayúdame a confiar, a tener fe y a creer lo que tú me dices en la Biblia. En el nombre de Jesús, amén.
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