domingo, 12 de enero de 2014

¿ERES UN VASO CONSAGRADO?



La Biblia se refiere a nosotros como tierra o, vasos humanos frágiles (véase 2 Corintios 4:7). Como arcilla formada en torno del alfarero, estamos hechos de barro (ver Isaías 64:8).

Dios formó a Adán del "polvo de la tierra", según Génesis 2:7 y el Salmo 103:14 dice: "Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro." 

Aunque somos débiles e imperfectos, cuando llenamos nuestras vasijas (nosotros mismos) con la Palabra de Dios, nos convertimos en recipientes de su bendición, listos para ser usados. Todos somos valiosos para el Señor, ¡Dios puede usar incluso ollas rotas!

Pero primero tenemos que estar totalmente consagrados a Dios. 


2 Timoteo 2:21 nos recuerda: "Si alguien se mantiene limpio, llegará a ser un vaso noble, santificado, útil para el Señor y preparado para toda obra buena."

Hoy en día, cuando te conviertas en un vaso consagrado, ten por seguro que DIOS HARÁ cosas increíbles con tu vida. Así que no dejes pasar más tiempo y dedica cierta parte de tu día para nutrir tu mente con la bendita Palabra de Dios. El punto importante no es sólamente conocerla sino que con el paso del tiempo la irás practicando y tu vida empezará a dar frutos dulces y estarás más cerca de Dios de lo que te imaginas. ¿Estás dispuesto?

Oración: Señor, yo soy tuyo. Quiero ser un buen recipiente para tu uso. Me dedico a Tí. Quiero estar lleno de Tu Palabra, en forma y listo para toda buena obra que tienes para mí. Gracias Señor porque sé que la obra buena que has empezado en mi, la llevarás a feliz término, en el nombre de Jesús.

Amén.

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