sábado, 4 de enero de 2014

ROMPIENDO MALOS HÁBITOS



Durante años y años, tenía la costumbre de enfadarme cada vez que no me salía con la mía. Esa es una terrible actitud que con el paso de los años se puede convertir en un hábito. Tal vez ese no es tu mal hábito. Quizás chismes o maldecir o beber demasiado café o ver demasiada televisión o gastar dinero en cosas que no necesitas.... Incluso las malas relaciones pueden convertirse en influencia para que hagamos cosas que a la larga nos esclavizan y nos hacen vivir con un montón de problemas y dolor.

El punto es que sea cual sea tu mal hábito, se puede romper.

No voy a decir que romper un mal hábito sea fácil, pero es el deseo de Dios para nosotros tomar autoridad sobre nuestros malos hábitos. Él no quiere que nosotros seamos "mangoneados" por nuestras emociones, Él quiere que tengamos victoria en cada una de las circunstancias de nuestra vida.

Romper un mal hábito requiere hacer una serie de buenas decisiones y buenas acciones, una después de la otra. La mayoría de nosotros va a tratar de hacerlo por propia cuenta sin la ayuda del Espíritu Santo. Pero con el tiempo sabremos que no podemos agradar a Dios sin la ayuda de su Santo Espíritu.

La Biblia en muchas ocasiones se refiere al Espíritu Santo como nuestro "ayudador". Siempre está preparado en caso de que nos metamos en problemas y necesitemos un poco de ayuda. Pero no aparece sin invitación. Tú y yo tenemos que pedir la ayuda divina y reconocer que no podemos hacerlo en nuestras propias fuerzas.

Romanos 12:21 dice que "superemos el mal con el bien." Ese es uno de los mayores "tips" para la victoria que nos pueda dar la Palabra de Dios. Es mucho más fácil tomar la decisión correcta cuando tú estás centrado en Dios y su victoria en lugar del miedo al fracaso.

¡Toma la decisión de caminar HOY en el Espíritu para superar los malos hábitos y vivir en victoria!

Oración: Dios, Tú sabes que de una u otra forma he terminado viviendo con algunos malos hábitos. Hago una elección ahora a tomar la autoridad que me has dado sobre las tentaciones que quieren darme órdenes. Seguiré tu Espíritu Santo a nuevos y mejores hábitos de vida. En el nombre de Jesús tomo autoridad y confío en que puedo reemplazar cualquier mal hábito con cosas que me edifiquen, iniciando con leer tu Palabra, hablar contigo, ayudar a los que me rodean, en fin, dar testimonio de tí en todo momento. ¡Pareciera difícil pero yo confío en que todo lo puedo en Cristo que me fortalece!

Así Sea Señor.

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