Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 20 de enero de 2014
DISTRACCIONES
El mundo hace que sea fácil para nosotros llenar nuestros oídos con todo tipo de cosas que ahogan la voz de Dios y lo empujan lejos, muy en el fondo de nuestras vidas. Estas distracciones vienen en diversas formas: Desde la televisión a la radio, desde la comida hasta pasatiempos pasando por el internet y los "teléfonos inteligentes". Incluso las actividades familiares y de la iglesia a veces nos pueden distraer o alejarnos del Señor.
Sin embargo, llega el día en toda persona donde sólo Dios permanece. Todo lo demás en la vida, finalmente muere, y cuando lo hace, Dios todavía estará allí.
La Palabra de Dios nos enseña que lo que se conoce acerca de Dios es evidente para todos, porque Él ha dado a conocer en la conciencia interna de la humanidad (Romanos 1:19-21). Cada persona, un día estará delante de Él y dará cuenta de su vida (véase Romanos 14:12).
Cuando las personas no quieren servir a Dios con su vida, cuando uno quiere seguir su propio camino, se encuentran maneras de ocultarse y no hacer caso de este conocimiento interior instintivo del Creador, que quiere hablar con nosotros y guiarnos en la forma en que debemos ir. Sin embargo, nada puede satisfacer nuestro anhelo interior de Dios, sino la comunión y la comunicación con Él.
Isaías expresa así nuestra propia hambre de Dios cuando escribió: "Mi alma suspira por ti [Señor] en la noche. Sí, mi espíritu dentro de mí te busca con seriedad" (Isaías 26:9).
Escuchar a Dios es vital para disfrutar de su plan eterno para nuestras vidas. Escuchar a Dios es nuestra decisión, nadie más puede hacerlo por nosotros. Dios no nos obligará a elegir a su voluntad, sino que hará todo lo que pueda para animarnos a decir que sí a sus caminos.
Entonces, ¿Qué te está distrayendo de escucharlo? ¿Una relación enfermiza? ¿Un trabajo? ¿Un mal hábito? Dios está hablándote y desea tener comunión contigo. Deja de lado las distracciones y únete a Él.
Oración: Dios: como Isaías, mi alma te anhela. Sé que tengo que escuchar Tu voz más que cualquier otra cosa. Sé que al dejar de lado las distracciones, serás fiel a reunirte conmigo. Ayúdame a poder anular y hacer de lado todas las distracciones que quieren evitar el tener una linda relación contigo. En el nombre de Jesús.
Amén.
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