Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 13 de junio de 2016
CONTENTAMIENTO
1 Timoteo 6:17
"A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos."
En el tsunami asiático de 2004, casi 300.000 personas murieron y en el terremoto de 2011 y el tsunami de Tohoku, Japón más de 20.000 personas murieron. Miles de personas fueron desplazadas, después de haber perdido sus hogares y posesiones. Estos eventos trágicos son un recordatorio sombrío pero oportuno para no poner nuestra esperanza en las riquezas o las cosas de este mundo. Nuestra verdadera esperanza debe estar en Dios, que nos da abundantemente con todo para nuestro disfrute.
Hay cosas que duran para toda la eternidad y hay cosas que no lo hacen. A nosotros, como a Timoteo, se nos insta a aferrarnos a las cosas que perduran; a la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. También hay cosas como la riqueza incierta y tesoros de la tierra que no están destinados a celebrarse firmemente, pero sí pueden ser usadas para beneficiar a otros. Al hacerlo, vamos a acumular caudales para el futuro y vivir verdaderamente la vida en abundancia en todo sentido.
Por desgracia, muchos de nosotros se equivocan al valorar las cosas al revés. Ansiosamente buscamos lo tangible y temporal y sacrificamos lo invisible y espiritual, porque queremos gratificación inmediata. por lo tanto nos atamos a nosotros mismos y limitamos la bendición de Dios, que no es sólo material. Terminamos no siendo capaces de disfrutar de sus ricos dones, así que nos perdemos de lo que Él tiene para nosotros más allá de esta breve vida en la tierra.
Hay ciertas cosas a las que aferrarse y cosas para dar, para que podamos ser bendecidos y ser una bendición para otros. Hagamos nuestras propias listas de cosas a las que debemos aferrarnos (espirituales) y a las que debemos acostumbrarnos a dar.
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