Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
jueves, 16 de junio de 2016
JUSTIFICADOS
Génesis 15:6
"Y Abram creyó en el Señor, y El se lo reconoció por justicia."
Si bien es cierto que hay que hacer lo que es correcto, las buenas acciones no constituyen necesariamente justicia...
La idea de "justicia" en este contexto es como una balanza egipcia. Con un peso estándar en un lado de la balanza y el material de pesaje en el otro, el peso se considera correcto cuando el saldo es perfectamente horizontal. Cuando Dios mira a todos nosotros como somos, nos quedamos cortos de Su estándar de la medida, porque somos injustos.
Para aquellos de nosotros que han confesado, se han arrepentido y aceptado a Jesucristo como Salvador, Dios nos mira a través de la sangre de Jesús, y nos acredita como justos.
Dios le dio una promesa a Abram en circunstancias extremadamente improbables para los humanos. Contra todo pronóstico, Abram creyó a Dios. Dios observa la fe de Abram y lo declara como justo. Y así el verso 6 se convierte en el centro de la exposición de Pablo sobre la justificación por la fe (Romanos 4, Gálatas 3).
Nota que Dios dejó en claro a Abram que su cumplimiento de la promesa se retrasaría el tiempo 400 años (v 13). Del mismo modo, los descendientes de Abraham heredarían la tierra, y no serían recompensados por ser buenos, sino porque sus habitantes actuales cosecharían las consecuencias de sus pecados (v 16).
El pecado no puede tener efectos inmediatos de castigo, pero en el día del juicio de Dios seguramente se verán a todas luces sus consecuencias.
Daniel 5:27 dice: "Pesado has sido en la balanza y hallado falto." Pero la sangre de Jesús nos limpia de toda maldad.
!Demos gracias a Dios por el perdón de nuestros pecados!
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