sábado, 4 de junio de 2016

LA PRIMERA CARTA A TIMOTEO



1 Timoteo 3:15
"Pero en caso que me tarde, te escribo para que sepas cómo debe conducirse uno en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad."


Fue el cuarto viaje misionero del apóstol Pablo. Cuando pasó a Macedonia dejó a Timoteo, su joven suplente, como encargado para cuidar de la iglesia de Éfeso. Esta primera carta de Pablo a Timoteo fue escrita para ayudarlo a hacer su trabajo con mayor eficacia en su ausencia. Pablo instruyó a Timoteo sobre cómo hacer frente a las falsas enseñanzas y administrar los asuntos de la iglesia en crecimiento a través de la selección y el nombramiento de los líderes de la iglesia cualificados. El énfasis fue para que Timoteo supiera cómo hay que portarse en la casa de Dios (1 Timoteo 3:15).

Timoteo tuvo que lidiar con el gnosticismo combinado (con su creencia dualista que el cuerpo es malo y sólo el espíritu es bueno), el decadente judaísmo (que se centró en un sinfín de mitos y genealogías) y el falso ascetismo (que prohibía el disfrute de los dones de Dios). Pablo tuvo que instruir a Timoteo sobre cuestiones prácticas tales como hacer frente a los diferentes grupos con diferentes fortalezas, debilidades y necesidades en la iglesia para asegurar su buen funcionamiento. Muchas advertencias se le dieron para que la iglesia no se perdiera a través de malas relaciones tensas y el mal manejo de dinero. Muchos de estos son problemas que enfrentamos en nuestras iglesias hoy en día.

Tenemos en esta carta un manual de un valor incalculable en la administración de la iglesia. ¡Leámosla!


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