Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 16 de enero de 2017
ÉL HA VENCIDO
Juan 16:32
"He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo."
No tenían idea de los dolores de Jesús en Getsemaní. La mayoría de los discípulos no estaban suficientemente avanzados en la gracia para ser admitidos a contemplar los misterios de "la agonía". Ocupados con la fiesta de la Pascua en sus propios asuntos, representan a los muchos que viven, pero son simples bebés en cuanto al espíritu del evangelio.
11 de 12 fueron y acompañaron a Jesús esa fatídica noche. De los once, ocho quedaron a distancia. Tenían compañerismo, pero no de ese tipo íntimo al que se admiten hombres muy amados. Sólo tres muy favorecidos podrían acercarse al velo de la tristeza misteriosa de nuestro Señor: dentro de ese velo, incluso éstos no se entrometieron. Pedro y los dos hijos de Zebedeo, representan a los pocos eminentes y experimentados santos, que pueden ser descritos como "padres espirituales".
Pero a la hora buena, lo dejaron sólo. Cuando estamos temerosos, sin esperanza, sin fe... al primer problema somos propensos a abandonar a Jesús. Debemos tener puestos los ojos en la esperanza de la resurrección y vida eterna, no en los problemas terrenales que son pasajeros.
Cuidémonos para no abandonar a Jesús... aunque tengamos sufrimientos y aflicciones en esta vida, tenemos promesa de Dios para los que deciden creer en Jesús y vivir de acuerdo a sus mandatos. ¡Sigamos adelante, no desmayemos!
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