Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 22 de enero de 2017
EN SU AGONÍA, NOS LIBRÓ
Hebreos 5:7
"Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente."
¿Este temor surgió de la sugestión del enemigo sobre Jesús de que estaba completamente abandonado? Puede haber pruebas más severas que esto, pero seguramente es uno de los peores momentos que Cristo vivió en la tierra.
¿Qué pensamientos pudo haber tenido Jesús? "No tienes amigo en ninguna parte, tu Padre ha cerrado las entrañas de su compasión contra ti. Ni un ángel en sus patios extenderá su mano para ayudarte. Hey, hijo de María, ve allí a tu hermano Santiago, ve allí a tu amado discípulo Juan, y a tu audaz apóstol Pedro, cómo los cobardes duermen cuando tú estás sufriendo, no tienes amigo en el cielo o en la tierra, todo el cielo está contra ti...".
Vería por sí mismo si era realmente cierto que todos los hombres lo habían abandonado. Los encontró dormidos. Pero tal vez se ganó algo de consuelo al pensar que estaban durmiendo, no por traición, sino por dolor, el espíritu estaba dispuesto, pero la carne era débil. En cualquier caso, Él nunca se rindió. Sabía que las mentiras del enemigo eran sólo eso: Mentiras. Su padre lo amaba. Su pueblo lo necesitaba... y eso fue suficiente.
... Fue escuchado... y cumplió con su propósito eterno. Y gracias a Él podemos llegar al Padre. ¡Bendito sea Cristo el Señor!
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