lunes, 30 de enero de 2017

UNA FE GIGANTE



Mateo 15:27
"Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos."


Esta mujer ganó consuelo en su miseria al pensar en grande, y declarar su fe en Jesús. El Maestro había hablado del pan de los niños: Ahora -decía ella-, puesto que tú eres el Maestro de la mesa de la gracia, sé que eres un generoso patrón, y que seguramente habrá abundancia de pan en tu mesa. Habrá tal abundancia para los niños que habrá migas para tirar en el piso para los perros, y los niños no la pasarán peor porque los perros son alimentados. 


Ella pensaba que el que tenía acceso a tan buena mesa, ya tenía todo lo que necesitaba, y darle algo a ella sería sólo una migaja en comparación. Pero recuerda, lo que ella quería era que el diablo fuera expulsado de su hija. Era una gran cosa para ella, pero tenía una estima tan alta de Cristo, que dijo: "No es nada para Él, es sólo una migaja de lo que puede dar". Este es el camino real a la fe. Los grandes pensamientos de tu pecado solo te conducirán a la desesperación... Pero los grandes pensamientos sobre Cristo te conducirán al refugio de la paz. 

"Mis pecados son muchos, pero oh, no es nada para Jesús llevarlos. El peso de mi culpa me presiona hacia abajo como el pie de un gigante que está aplastando aun gusano, pero no es más que un grano de polvo para Él, porque Él ya ha soportado su maldición en su propio cuerpo sobre la cruz. No será sino una pequeña cosa para Él darme completa remisión, aunque será una bendición infinita para mí recibirla". La mujer abre la boca por su fe muy grande, esperando grandes cosas de Jesús, y la llena con su amor. 

Querido lector, haz lo mismo. Ella confesó lo que Cristo puso en su corazón y sacó argumentos incluso de sus duras palabras. Ella creyó grandes cosas de Él, y ella así venció. Ella ganó la victoria al creer en Él. Su caso es un ejemplo de fe predominante, vayamos y hagamos lo mismo.

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