martes, 9 de mayo de 2017

BENDICIÓN EN EL DESIERTO



2 Reyes 3:16-17
"Quien dijo: Así ha dicho Jehová: Haced en este valle muchos estanques.
Porque Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados."


Los ejércitos de los tres reyes estaban hambrientos por falta de agua: Dios estaba a punto de enviarla, y en estas palabras el profeta anunció la bendición que venía. He aquí un caso de desamparo humano: ni una gota de agua que todos los hombres valientes puedan obtener de los cielos o encontrar en los pozos de la tierra. 


Aunque todo el mundo veía sólo desgracia y estaba sin esperanza, el pueblo debía hacer un acto de fe previo a la bendición divina: Debían cavar las trincheras en las que se llevaría a cabo la captura del precioso líquido. La iglesia debe hacer esfuerzos y oraciones, debe prepararse para ser bendecida. Debe llenar las tinajas de agua, y el Señor se encargará del milagro de convertirlas en vino. Esto debe hacerse en la fe, en la plena seguridad de que la bendición está a punto de descender. 

El Señor tiene sus propios modos soberanos de acción: no está atado a la manera y al tiempo como nosotros, sino que hace lo que quiere entre los hijos de los hombres. Es nuestro deber recibir de Él, y no dictarle órdenes. También debemos notar la notable abundancia de la oferta: Había suficiente para la necesidad de todos. Y así es en la bendición del evangelio. Todas las necesidades de la congregación y de toda la iglesia serán satisfechas por el poder divino en respuesta a la oración... Y sobre todo esto, la victoria será rápidamente entregada a los ejércitos del Señor.

¿Qué estoy haciendo de cara a las bendiciones de Dios? ¿Qué trincheras estoy excavando? Oh Señor, prepárame para recibir la bendición que estás tan dispuesto a otorgar. En el nombre de Jesús.

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