martes, 2 de mayo de 2017

NO TEMAS



Génesis 46:3-4
"Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación.
Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos."


Jacob debe haberse estremecido ante la idea de abandonar la tierra de la peregrinación de su padre y morar entre extraños paganos. Era una nueva escena, y probablemente una duda razonable: ¿Quién se aventuraría a territorios de un monarca extranjero sin ansiedad? Sin embargo, el camino era evidentemente designado para él, y por lo tanto resolvió irse. 


Ésta es con frecuencia la posición de los creyentes ahora: están llamados a los peligros y a las tentaciones absolutamente no probadas. Pero debemos hacer lo que hizo Jacob: No dar un paso hasta que hayamos esperado al Señor por su bendición. ¡Qué bienaventurado estar seguro de que el Señor está con nosotros en todos nuestros caminos, y nos acompaña a bajar a nuestras humillaciones y destierros con nosotros! 

Incluso más allá del océano el amor de nuestro Padre irradia como el sol en su fuerza. No podemos vacilar en ir donde Jehová promete su presencia. Incluso el valle de la sombra de la muerte luce brillante con el resplandor de esta seguridad. Marchando adelante con fe en su Dios, los creyentes tendrán la promesa de Jacob. Ellos serán levantados de nuevo, ya sea de los problemas de la vida o de las cámaras de la muerte. La descendencia de Jacob salió de Egipto a su debido tiempo, y así todos los fieles pasaron indemnes por la tribulación de la vida y el terror de la muerte. 

Tengamos hoy día la confianza de Jacob. "No temáis", es el mandamiento del Señor y su divino aliento a aquellos que en su promesa están lanzándose sobre nuevos mares. Sin nuestro Dios debemos temer movernos, pero cuando nos manda, sería peligroso quedarnos.
Lector, adelante, y ¡no temas!.

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