Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
sábado, 27 de mayo de 2017
NO ME DESAMPARES
Salmos 38:21
"No me desampares, oh Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí."
Con frecuencia oramos para que Dios no nos abandone en la hora de la prueba y la tentación, pero olvidamos demasiado que tenemos que usar esta oración en todo momento. No hay momento de nuestra vida, por muy santo que sea, en el que podamos prescindir de su constante defensa. Ya sea en luz o en tinieblas, en comunión o en tentación, necesitamos la oración: "No me abandones, oh Señor". "Sosténme, y estaré a salvo."
Un niño pequeño, mientras aprende a caminar, siempre necesita la ayuda de la madre. El barco abandonado por el piloto se aleja inmediatamente de su curso. No podemos prescindir de la ayuda continua desde arriba. Padre, no abandones a tu hijo, para que no caiga en la mano del enemigo.
Pastor, no desampares a tu cordero, para que no se vaya de la seguridad del redil.
Gran Esposo, No abandones tu planta, para que no se marchite y muera.
"No me abandones ahora, Señor, y no me abandones en ningún momento de mi vida, no me dejes en mis gozos, para que no me absorban el corazón. En mis penas, para que no murmure contra ti, no me abandones en el día de mi arrepentimiento, para que no pierda la esperanza del perdón y caiga en la desesperación, y no me abandones en el día de mi más fuerte fe, para que la fe no degenere en presunción. No me desampares, porque sin ti soy débil, pero contigo soy fuerte. No me abandones, porque mi camino es peligroso y lleno de obstáculos, y no puedo hacer nada sin tu guía.
No te alejes de mí, oh Jehová, porque la tribulación está cerca. No me dejes, ni me desampares, oh Dios de mi salvació.
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