martes, 2 de agosto de 2016

¡CUIDADO!


Proverbios 16:25
"Hay camino que al hombre le parece derecho,
pero al final es camino de muerte."


Saul comenzó como un héroe. Uno de sus muchos actos de valor fue la de rescatar a la gente de Jabes Galaad, cuando fueron atacados por Nahas, el amonita malvado (11: 5-11). Pero Saúl tenía muchas debilidades. Y por lo que sabemos, Saúl no tenía una debilidad que David tuvo: una debilidad por las mujeres. ¿Por qué, entonces, ¿Ha desechado Dios a Saúl, pero ha aceptado a David?

A partir de las lecturas que hemos compartido hasta ahora, nos damos cuenta de que mientras David estaba dispuesto a humillarse, arrepentirse y volver a Dios cada vez que pecaba, Saúl se negó a reconocer sus errores. Debido a su terquedad, Saul se separó de Samuel. Como resultado se convirtió en una persona espiritualmente aislada y destinada a la destrucción. Por desgracia, su desobediencia también condujo a la muerte de sus hijos, muchos hijos de Israel y la ocupación del territorio israelita por los filisteos (vs 1-3,7). Lo más doloroso de todo fue la muerte de Jonatán. Mientras que Saúl hizo un desastre de su vida, Jonatán se mantuvo justo y temeroso de Dios hasta el final. Había deseado servirle a David (23:17), pero no pudo ser.

La forma atroz en que los filisteos trataron a los cuerpos de Saúl y de sus hijos afligieron al pueblo de Jabes Galaad en gran medida. Ellos arriesgaron sus propias vidas para entrar en territorio filisteo, para traer de vuelta los cuerpos. Los muertos tuvieron finalmente un entierro decente debajo de un árbol, en un lugar de importancia y un sitio sagrado.

Hay un poco de Saúl en todos nosotros, no estamos dispuestos a admitir nuestros errores o escuchar el consejo piadoso. Tenemos una tendencia a salirnos de la tangente, y a hacer las cosas a nuestra manera en vez del camino de Dios. 


Después de haber seguido la vida y la muerte de Saúl, ¿Qué medidas debemos tomar para evitar el mismo extremo que Saúl?

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