Jeremías 31:33
"Porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días —declara el Señor—. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo."
¡Cristiano! Acá está una de las verdades más determinantes de tu vida. Si puedes verter esta promesa en tu vaso, vas a decir, como David: "Mi copa está rebosando" Cuando entiendes la frase "Yo soy tu Dios", y quién la dice, ¿No eres tú poseedor de todas las cosas? El deseo de poseer cosas materiales muchas veces nos enajena, pero la riqueza inconmensurable de Dios puede desbordar y dar más de lo que el oro y la plata podrían.
Yo te pregunto, ¿Te has sentido incompleto en algunas ocasiones? ¿Qué pasa en tu vida cuando pierdes alguna cosa que amabas mucho (cosas materiales)?. Ni toda la música de instrumentos dulces, o extraída de las cuerdas de vida, pueden hacer melodía como esta dulce promesa: "Yo seré tu Dios." Esta es la obra maestra de todas las promesas; un disfrute del cielo y de la tierra en nuestros tiempos. Mora en la luz de tu Señor, y dejar qu tu alma sea confortada siempre con Su amor.
ÉL ha prometido que será tu Dios y nosotros su pueblo. Que esta declaración guíe nuestra vida y nos ayuden a seguir adelante. ¡Así sea!
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