Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 8 de agosto de 2016
RENOVACIÓN
Isaías 41:1
"Guardad silencio ante mí, costas,
y renueven sus fuerzas los pueblos;
acérquense y entonces hablen,
juntos vengamos a juicio."
Todas las cosas en la tierra necesitan ser renovadas. No hay cosa creada que pueda rehacerse por sí misma. "Renuevas la faz de la tierra," era una expresión del salmista. Incluso los árboles, que no se desgastan por el cuidado de niños, ni acortan su vida con el trabajo, deben beber de la lluvia del cielo y chupar de los tesoros ocultos de la tierra. Los cedros del Líbano, que Dios ha puesto, están llenos de savia fresca extraída de la tierra. La vida de ninguno de los dos puede sostenerse sin la renovación de Dios.
Así como es necesario reparar los desechos del cuerpo por medio de la comida, también es necesario renovar los residuos del alma por medio la alimentación y lectura del Libro de Dios, o la escucha de la Palabra predicada... Si nuestra piedad puede vivir sin Dios no es fruto de la creación divina; no es más que un sueño. Sin restauración constante no estaremos listos para los asaltos del enemigo, o las aflicciones y contiendas cotidianas.
Cuando surgen las tempestades, ¡Ay de los marineros que no han fortalecido su mástil, ni usado su ancla, ni han buscado refugio! Acerquémonos al estrado de la misericordia divina en humilde súplica, y nos daremos cuenta del cumplimiento de la promesa: "Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas."
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