Éxodo 28:38
"Y estará sobre la frente de Aarón, y Aarón quitará la iniquidad de las cosas sagradas que los hijos de Israel consagren en todas sus ofrendas santas; y la lámina estará siempre sobre su frente, para que sean aceptas delante del Señor."
Aunque es un tema muy delicado, consideramos humilde y necesario para nosotros detenemos un rato y ver este triste espectáculo. En muchas partes de nuestros países el culto público a Dios no es lo que debería ser. Hay hipocresía, iniquidades y pecados no confesados, tibieza, irreverencia y no digamos la falta de disposición de nuestro corazón y olvido de Dios el resto del tiempo que no estamos en el templo. Nuestro trabajo para el Señor, muchas veces está cargado de egoísmo, vanagloria, descuido, desidia, incredulidad y otras tantas formas de contaminación.
Pero algo peor que esa condición de la devoción pública es la condición de nuestra adoración privada: Muchas veces cargada de frialdad, negligencia, somnolencia, etc. ¿Será esto lo que Dios se merece? ¿Cristo murió para que nosotros lo dejemos en segundo plano?
Por supuesto que no, y no es nuestra intención acusar a nadie con esta reflexión. Es necesario que quitemos toda iniquidad de nuestro culto ofrecido a Dios, sea público o privado. Volvamos a los inicios. Volvamos al primer amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario