martes, 23 de agosto de 2016

LO QUE VEREMOS EN AQUEL DÍA



2 Timoteo 4:8
"En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida."


Alguna vez he pensado: "Me temo que jamás entraré en el cielo." Es común dudar, más cuando el pecado nos hace caer una y otra vez, aparte que existe en el ser humano un temor inherente a la muerte. Me encanta el dicho pintoresco de un moribundo, que exclamó: "No tengo miedo de ir a casa, he enviado todo delante de mí; el dedo de Dios está en el picaporte de la puerta, y estoy listo para entrar." 


Ven conmigo, amigo creyente, y sentémonos en la parte superior de Nebo, y pongamos la vista en la buena tierra, en la Tierra Prometida. ¿Ves los pináculos de la ciudad eterna? ¿Ves ese campo agradable, y todos sus habitantes alegres? Todo eso puede ser tuyo, si crees en el Señor Jesús, si te has arrepentido del pecado, si has sido renovado en tu corazón, si eso ha pasado en tu vida, tú eres una de las personas del Señor, y hay un lugar reservado para ti, una corona guardada para ti, un arpa especialmente proporcionada por ti. 

Nadie más tendrá tu parte, que está reservada en el cielo para ti, y que verás dentro de poco, si te mantienes firme. ¡No lo dudes, si pones tu fe en Jesucristo, lo vivirás!

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