Lucas 8:13
"Y aquéllos sobre la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíz profunda; creen por algún tiempo, y en el momento de la tentación sucumben."
Examínate a ti mismo este día a la luz de este texto. Quizás has recibido la palabra con gozo; tus sentimientos han sido agitados y algo dentro de ti ha quedado impresionado. Pero recuerda que recibir la Palabra de oídas es una cosa, y recibir a Jesús en tu alma es otra muy distinta; Un sentimiento superficial a menudo se une a la dureza hacia el interior del corazón y una primera impresión de la palabra no siempre va a ser duradera.
En la parábola del sembrador, un tipo de semilla cayó en un terreno que tenía un fondo rocoso, cubierto con una fina capa de tierra; cuando la semilla comenzó a echar raíces, su crecimiento se vio obstaculizado por la piedras, y al no tener la humedad hacia el interior derivado de la alimentación de la raíz, se secó. ¿Es este tu caso? ¿Has estado viviendo tu vida espiritual para que se vea en el exterior sin tener una vida interior correspondiente? El buen crecimiento tiene lugar hacia arriba y hacia abajo al mismo tiempo. Si mi corazón permanece duro y no fertilizado por la gracia, la buena semilla puede germinar durante una temporada, pero en última instancia va a marchitarse, porque no puede florecer en un corazón rocoso, no santificada.
Si mi mente sigue siendo tan obstinada como estaba por la naturaleza, el sol de la prueba me quemará, y mi corazón duro hará que mi religión muera pronto, y mi desesperación va a ser más terrible; por lo tanto, hoy pido al sembrador celestial que ablande mi corazón y me haga dócil a su voz y a su palabra. Es mi deseo. Amén.
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