miércoles, 24 de agosto de 2016

VERÉ A DIOS



Job 19:26
"Y después de deshecha mi piel,
aun en mi carne veré a Dios;"


Job dice: "Veré a Dios." No dice: "Voy a ver a los santos"... aunque sin duda la felicidad será incalculable, Job no se enfoca en las puertas del cielo, en los muros de jaspe, en los santos que están a su lado... Él se enfoca en Dios. Esta es la suma y la sustancia de los cielos, esta es la alegre esperanza de todos los creyentes. 


Algunos leen el pasaje, "Sin embargo, he de ver a Dios en mi carne", y encontrar aquí una alusión a Cristo, como el "Verbo hecho carne", y esa gloriosa contemplación de lo que será el esplendor de los últimos días. Ya sea así o no, es cierto que Cristo debe ser el objeto de nuestra visión eterna; todos sus atributos serán sujetos de contemplación, y como él es infinito en cada aspecto, no hay temor de agotamiento. Sus obras, sus dones, su amor a nosotros, y su gloria en todos sus propósitos, y en todas sus acciones, será algo que nos acompañe día a día

"Tus ojos verán al Rey en su belleza." Todas las maravillas de la tierra se quedarán cortas. Todo lo hermoso que hayas visto antes quedará olvidado ante la presencia gloriosa de Dios. ¡Cristo, queremos verte!

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