Ezequiel 33:22
"Y la mano del Señor había venido sobre mí la tarde antes de llegar el fugitivo. Y El abrió mi boca cuando aquel llegó a mí por la mañana; mi boca se abrió y dejé de estar mudo."
Hay momentos de la vida donde sentimos que Dios está distante. Muchas veces es el pecado que nos aleja en todo aspecto, pero otras veces a pesar que lo hemos confesado, nos sentimos lejos, indignos, olvidados...¿Por qué no he de sentir que la mano de Dios me toca esta noche?¿Por qué me siento indigno? ¿Por qué incluso me cuesta abrir la boca y hablar de las maravillas de Dios?
Entendamos que las manos de Jesús fueron perforadas para que fuéramos redimidos, y la misma mano que tocó a Moisés, a Ezequiel, a Daniel puede venir sobre ti y cambiar la percepción que tienes de la vida. Él está de tu lado y más que nadie desea que Tú le conozcas, que le sientas, que tengas la certeza que está contigo.
Nunca más estarás solo. Dios está de tu lado, si tú lo dejas, va a estar en tu vida dándote no lo que quieres, sino lo que necesitas para cumplir con tu propósito de vida. ¡Aleluya!
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