jueves, 6 de octubre de 2016

CELEBRAREMOS CON CÁNTICOS



Salmos 138:5
"Y cantarán de los caminos de Jehová,
Porque la gloria de Jehová es grande."


El momento en el que los cristianos comienzan a cantar a Dios es como si se fueran a dejar todas las cargas a sus pies. Ni siquiera los cantos de los ángeles parecen tan dulces como la canción que brota de lo más íntimo del alma de alguien que busca el perdón de Dios. La alabanza a Dios, aparte que es con el fin de alabarlo y darle toda la gloria, libera a la persona que lo hace.

Creyente, ¿te acuerdas del día en que tus cadenas se te cayeron? ¿Recuerdas el lugar en que Jesús se reunió contigo y te dijo: "Yo te he amado con un amor eterno; Yo deshice como una nube tus rebeliones..." ¡Oh! lo dulce que es cuando Jesús quita el dolor del pecado. Cuando el Señor perdonó mi pecado, yo estaba tan feliz que apenas pude abstenerme de danzar. De camino a casa sentía que hasta las piedras se movían alegres. Tan llena estaba mi alma de alegría, que quería decir a cada persona del maravilloso amor de Jesús, que había borrado los pecados de uno de los principales rebeldes. 


Pero no es sólo en el comienzo de la vida cristiana que los creyentes tienen razón de cantar; siempre es un buen momento para recordar a Dios y sus bondades. Nunca está de más decir: "Bendigo al Señor en todo tiempo; Su alabanza estará siempre en mi boca." 

¿Estás respirando hoy? Entonces es un buen momento para cantarle a Dios y alabarle por su amor y bondad. ¡Cantemos alegres a Dios! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario