1 Juan 3:1-2
"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es."
Estábamos muertos en nuestros delitos y pecados. Sin embargo, hemos sido llamados "hijos de Dios." ¡Imagina la clase de trato que tenemos del Padre Celestial, y los privilegios!
"Amados, ahora somos hijos de Dios." Eso es fácil de leer, pero no es tan fácil de sentir, o de creer verdaderamente. ¿Cómo es que está tu corazón esta mañana? ¿Está en lo más profundo del dolor? ¿Su fe casi no parece existir? No temas, no es por lo que sientas, es por lo que Dios ya hizo por ti.
"Amados, ahora somos hijos de Dios." Ahh, pero quizás sientes que tus obras no son agradables, que te has alejado, que no eres digno... Si ya te arrepentiste de tus pecados y has aceptado el sacrificio de Jesús, eres un hijo de Dios, y si no lo has hecho, hoy es un buen día para correr a los brazos del Padre, confesar tus pecados, darle el control de tu vida... y creer que eres un Hijo de Dios. Es lo que la Biblia dice... y lo que creemos. ¡Aleluya!
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