Lucas 11:4
"Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal."
Muchas veces, Dios nos libra del mal, pero nosotros salimos y lo buscamos de nuevo. Debemos tomarnos muy en serio el tema de evitar la tentación, y buscar andar con cautela en el camino de la obediencia.
No hemos de entrar en la espesura en busca del león. Muy caro podríamos pagar por dicha presunción. Este león puede cruzarse en nuestro camino o saltar sobre nosotros desde la espesura, y encontrarnos desprotegidos. Nuestro Salvador, que tenía experiencia de lo que significaba la tentación, amonestó seriamente a sus discípulos - "Orad que no entréis en tentación."
Pero aún a pesar de evitar o tratar de evitar, seremos tentados; por lo tanto, la oración "líbranos del mal" es más que necesaria en nuestras vidas. Debemos estar siempre en nuestro reloj en contra de Satanás, porque, como un ladrón, él no da ninguna indicación de su aproximación. Los creyentes que han tenido la experiencia en los caminos de Satanás, saben que hay ciertas épocas del año cuando es muy probable que venga un ataque, al igual que en ciertas estaciones pueden esperar vientos sombríos; por tanto, el cristiano se pone en una doble guardia por temor al peligro, y el peligro se evita mediante la preparación para evitarlo. Es mejor prevenir que curar: es mejor estar tan bien armado que el diablo no te ataque, que soportar los peligros de la lucha, a pesar de que puedas salir vencedor.
Oremos este día en primer lugar para que no caigamos en la tentación, y si en algún momento somos tentados, que podamos ser librados de todo mal. En el nombre de Jesús, así sea.
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