Apocalipsis 11:12
"Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron."
Sin tener en cuenta estas palabras en su conexión profética, vamos a considerarlas como invitación de nuestro gran precursor a su pueblo santificado. A su debido tiempo se oirá "una gran voz del cielo" para cada creyente, diciendo: "Sube acá". Esto debería ser para los creyentes un tema de suma esperanza y nuestra razón de vivir. En lugar de temer el momento en el que vamos a dejar este mundo para ir al Padre, debemos estar ansiando porque llegue la hora de nuestra emancipación.
No debemos temer a la muerte, pues en lugar de ser el final, es el inicio de la etapa más maravillosa: Vivir todo el tiempo cerca de Dios. ¿Acaso habrá un deseo más importante que éste?
Vivamos de tal forma que Dios se complazca de nosotros, es cierto que somos pecadores, pero no estamos obligados a vivir alejados de Dios. Por medio del sacrificio de Jesús, tenemos acceso al Padre, para hallar gracia, misericordia y oportuno socorro. Aprovechemos nuestros días acá en la tierra para que cuando llegue el momento de partir del mundo, nos encontremos con nuestro Señor y Salvador. ¡Así sea! ¡Aleluya!
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