martes, 18 de octubre de 2016

UNA MORADA TEMPORAL



Miqueas 2:10
"Levantaos y andad, porque no es este el lugar de reposo, pues está contaminado, corrompido grandemente."


Vivimos en un mundo contaminado, naturalmente lejos de Dios. No es buena idea acostumbrarnos a él, ni amar vivir acá para siempre, pues nuestra estancia en esta tierra es muy limitada. ¿Cuánto viviremos en este planeta? ¿70, 80, 90 años? Somos un suspiro y ese tiempo no es nada comparado con una eternidad. Depende de una sola decisión que tomemos acá en la tierra saber en dónde pasaremos esa eternidad. Si cerca o lejos de Dios.


No es este un lugar de reposo. Acá hay enfermedades, vicios, sistemas en abierto contraste con lo que dice Dios que es bueno para el hombre. No es un lugar para encariñarnos... Es mejor ser ciudadanos de una Patria Celestial, donde no hay más llanto, ni dolor, ni muerte.

¿Qué tiene el mundo que nos atrae tanto? Ojo que no estamos hablando de la creación y la naturaleza que Dios creó, sino hablamos de mundo como un sistema de creencias, de reglas que van en flagrante violación de lo que dice la Biblia: Un mundo que acepta y legaliza el uso de drogas, de matrimonios del mismo sexo, de las operaciones transgénero, etc. Ese no es el mundo que Dios planeó para nosotros, no debiéramos encariñarnos mucho con Él.

Estamos de pasadita en este mundo. Ningún viajero trata a una habitación de hotel como si fuera su casa, porque sabe que estará poco tiempo. Es lo mismo con nosotros: Hay una eternidad donde pasaremos ya sea cerca o lejos de Dios. Para saber dónde la pasarás, basta con responder a la siguiente pregunta: "¿Has creído en Jesús y aceptado su sacrificio, arrepintiéndote de tus pecados?"  

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