viernes, 17 de marzo de 2017

EL AMÉN


Apocalipsis 3:14
"Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:"


La palabra Amén confirma solemnemente lo que precede. Y Jesús es el gran Amén, en el que se cumplió la Escritura. Inmutable, para siempre es "el Amén" en todas sus promesas. Hermano, hallemos consuelo con esta reflexión. Jesucristo dijo: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar". Si vienes a Él, dirá "Amén" en tu alma. Su promesa será fiel a ti. 


Él dijo en los días que vivió en la tierra: "La caña azotada no voy a romper." Oh hermano de corazón quebrantado, si vienes a Él, te dirá "Amén" a ti, y eso será verdad en tu alma como en cientos de casos en años pasados. Cristiano, ¿no es esto muy reconfortante para ti también, que no hay una palabra que haya salido de los labios del Salvador que se haya retractado alguna vez? Las palabras de Jesús permanecerán cuando el cielo y la tierra pasen. Si no tienes más que la mitad de una promesa, la encontrarás verdadera

Jesús es Sí y Amén en todos sus oficios. Él era un sacerdote que perdonó y limpió una vez, él es Amén como sacerdote todavía. Él era un rey que gobernaba y reinaba para su pueblo, y que solía defenderlos con su poderoso brazo, y en nuestros tiempos hace lo mismo todavía. Él es Amén en cuanto al mérito de su sangre. Él es Amén en cuanto a su justicia. Ese manto sagrado permanecerá más justo y glorioso cuando la naturaleza se desintegre. Él es Amén en cada título que lleva. 


Él es tu Pastor, el que está contigo en el oscuro valle de la muerte. Tu ayuda y tu libertador. Tu Castillo y tu Torre Fuerte. El Cuerno de tu fuerza, tu confianza, tu gozo, tu todo en todos, y tu Sí y Amén en todo.

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