Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 20 de marzo de 2017
MI REDENTOR VIVE
Job 19:25
"Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo;"
En su desgracia, y a pesar de tantas aflicciones que sufrió Job, tenía algo en claro: Sabía que su redentor vivía, y lo iba a sacar de esa situación. Muchas veces nosotros llegamos a perder la esperanza en tiempos difíciles. Dudamos de la existencia de Dios, o nos "peleamos" con Él... pero Job demostró tener fe aún en medio de sus desgracias.
Un Redentor que no salve, un defensor que nunca se levante por mi sangre, ¿de qué sirve? No descanses hasta que por fe puedas decir: "Sí, me refugio en mi Señor vivo, porque Él es mío". Las dudas son cosas tristes en tiempos de dolor. ¡Son como las avispas que pican el alma! Si tengo alguna sospecha de que Cristo no es mío, entonces hay vinagre mezclado con la hiel de la muerte. Pero si sé que Jesús vive por mí, entonces la oscuridad no es oscura, ni la noche prevalece sobre mí.
Ciertamente si Job, en aquellas edades antes de la venida y el advenimiento de Cristo, podría decir: "Yo sé que Él vive", no debemos hablar menos positivamente. Dios no permita que nuestra positividad sea presunción. Veamos que nuestras evidencias son correctas, para que no construyamos sobre una esperanza sin fundamento; Y no nos contentemos con el mero fundamento, sino con una relación real y verdadera con el Creador de todo.
Tenemos un Redentor vivo, verdaderamente nuestro, y eso es motivo de mucho gozo y esperanza. ¡Nuestro Redentor vive!
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