viernes, 10 de marzo de 2017

PRECIOSA SANGRE





1 Pedro 1:19
"Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación..."


Al pie de la cruz, vemos las manos, los pies y el costado abierto, todo cubierto por su sangre preciosa. Es "preciosa" por su eficacia redentora y expiatoria. Por ella son expiados los pecados del pueblo de Cristo. Por ella somos redimidos de la ley. Nos hizo reconciliarnos con Dios, hacernos uno con Él. 


La sangre de Cristo es también "preciosa" en su poder limpiador: Limpia de todo pecado. "Aunque vuestros pecados sean como la escarlata, serán blancos como la nieve". A través de la sangre de Jesús no queda un punto sobre ningún creyente, ni arruga ni ninguna cosa. La sangre de Cristo es igualmente "preciosa" en su poder preservador. Estamos a salvo del ángel destructor bajo la sangre rociada. Recuerde que Dios está viendo la sangre, que es la verdadera razón por la que se nos salva. Aquí está la comodidad para nosotros cuando el ojo de la fe es oscuro, porque el ojo de Dios sigue siendo el mismo. La sangre de Cristo es "preciosa" también en su influencia santificadora. La misma sangre que justifica quitando el pecado, vivifica la nueva naturaleza y la conduce adelante para someter el pecado y para seguir las órdenes de Dios. 

No hay motivo para santidad tan grande como la que fluye de las venas de Jesús. Y "preciosa", indescriptiblemente preciosa, es esta sangre, porque tiene un poder vencedor. Está escrito: "Ellos vencieron a través de la sangre del Cordero". ¿Cómo podrían hacer lo contrario? El que pelea con la preciosa sangre de Jesús, lucha con un arma que no puede conocer la derrota. ¡La sangre de Jesús! 

El pecado muere en su presencia, la muerte deja de ser la muerte, las puertas del cielo se abren. ¡La sangre de Jesús! ¡Marcharemos, conquistando y conquistando, mientras podamos confiar en su poder!

No hay comentarios:

Publicar un comentario