Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 29 de marzo de 2017
LLAMANDO A TU PUERTA
Apocalipsis 3:20
"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo."
¿Cuál es tu deseo esta noche? ¿Está puesta en las cosas celestiales? ¿Deseas disfrutar de la alta doctrina del amor eterno? ¿Desea la libertad en comunión muy íntima con Dios? ¿Aspiras a conocer las alturas, las profundidades, las longitudes y las anchuras de su majestad? Entonces debes acercarte a Jesús.
El que entiende a Cristo, recibe una unción del Santo, por la cual puede comprender todas las cosas. Cristo es la gran llave maestra de todas las cámaras de Dios. No hay tesoro de Dios que no abra y dé toda su riqueza al alma del que vive cerca de Jesús. Abre la puerta, amado, y entrará en tu vida. Lleva desde hace mucho tiempo llamando, y todo con este objeto, para que pueda cenar contigo, y tú con Él. Él quiere intimidad, confianza, regocijo contigo.
Déjate amar por Cristo. Él vendrá con ese amor que ansias sentir. Vendrá con esa alegría que no puede darte el dinero, el sexo o los vicios. Traerá la paz que has estado buscando. Sólo ábrele la puerta, echa fuera a sus enemigos, dale las llaves de tu corazón, y Él habitará allí para siempre.
¡Oh, amor maravilloso, que trae tal huésped al morar en nuestro corazón!
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