Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
jueves, 2 de marzo de 2017
LO DIO TODO POR MI
Salmos 22:14
"He sido derramado como aguas,
Y todos mis huesos se descoyuntaron;
Mi corazón fue como cera,
Derritiéndose en medio de mis entrañas."
Nuestro bendito Señor experimentó un terrible hundimiento y derretimiento del alma. "El espíritu del hombre sostendrá su enfermedad, pero el espíritu herido que puede soportar?" La profunda depresión del espíritu es la más penosa de todas las pruebas, todo lo demás es como nada. Bueno, el salvador sufriente podría clamar a su Dios: "No estés lejos de mí", porque sobre todas las otras estaciones el hombre necesita a su Dios cuando su corazón se derrite dentro de él debido a la pesadez." Creyente, acércate a la cruz este día, y humildemente adora al Rey de gloria por haber sido llevado en angustia mental y angustia interior, más que cualquiera de nosotros.
No dejemos paso a la desesperación, ya que a través de cualquier aflicción que podamos tener, el Maestro ha pasado delante de nosotros. Nuestras almas a veces pueden languidecer y desmayar, y tener sed incluso hasta la angustia, para contemplar la luz del rostro del Señor: en tales ocasiones permanezcamos con el dulce hecho de la simpatía de nuestro gran Sumo Sacerdote. Nuestras gotas de dolor pueden ser olvidadas en el océano de sus dolores; pero ¡cuánto debe elevarse nuestro amor!
Entra, amor fuerte y profundo de Jesús, como el mar en el diluvio de las mareas de primavera, cubre todos mis poderes, ahoga todos mis pecados, lava todos mis cuidados, levanta mi alma atada a la tierra llévala a los pies de mi Señor, y allí dejaré que me lave con su amor.
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