viernes, 2 de junio de 2017

A LOS QUE LLAMÓ





Romanos 8:30
"Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó."


Aquí hay una verdad preciosa para ti, creyente. Tú puedes ser pobre, o estar en sufrimiento, o sentirte excluido, pero eso no importa en la eternidad, porque Dios te ha escogido. Tan cierto como que tú eres hijo de Dios si has puesto tu fe en Jesucristo, es que todas tus pruebas pronto llegarán a su fin, y serás rico con toda clase de bienaventuranzas. 


Espera un poco, y esa cabeza cansada llevará la corona de gloria, y esa mano de trabajo agarrará la rama de la palma de la victoria. No llores tus angustias, sino más bien regocíjate de que pronto estarás donde "no habrá dolor, ni llanto, ni más dolor". Los carros de fuego están a tu puerta, y un momento será suficiente para llevarte a la gloria del Padre. La canción eterna está casi en tus labios. Los portales del cielo están abiertos para ti. No pienses que puedes dejar de entrar en el descanso. Si te ha llamado, nada te puede separar de su amor. 

La angustia no puede cortar el enlace con tu Padre celestial. El fuego de la persecución no puede quemar el eslabón que tienes con Dios. El martillo del infierno no puede romper la cadena. Tú estás seguro. Esa voz que te llamó al principio, te llamará de nuevo de la tierra al cielo, de la oscuridad oscura de la muerte a los inmortales esplendores no imputados. El corazón de aquel que te ha justificado, te gana el amor infinito. Pronto estarás con el glorificado, donde está tu porción. 

Ya llega el momento donde estarás "Lejos de un mundo de dolor y pecado, con Dios eternamente acompañándote". Descansarás en Él por los siglos de los siglos.

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