Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 20 de junio de 2017
SOY VIL
Job 40:4
"He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé?
Mi mano pongo sobre mi boca."
¡Una palabra de ánimo traigo hoy para ti! ¿Piensas que no debes venir a Dios porque eres vil? Pues bien, no hay un sólo perfecto que viva en la tierra, sino que todos hemos pecado y estamos lejos de la presencia gloriosa de Dios. Si Job, Daniel, Isaías y Pablo estaban obligados a decir: "Yo soy vil", ¿te avergonzarás de unirte a la misma confesión?
Si la gracia divina no erradica todo pecado del creyente, ¿cómo esperas hacerlo tú mismo? Y si Dios ama a su pueblo mientras son todavía viles, ¿crees que tu vileza impedirá que te ame? Jesús te llama, y tal como tú eres te adopta. "No a los justos, sino a los pecadores, Jesús vino a llamar."
Si el día de hoy dices: "Tú has muerto por los pecadores, yo soy un pecador, Señor Jesús, rocía tu sangre sobre mí". Si confiesas tu pecado, encontrarás perdón. Si ahora, con todo tu corazón, dices: "Soy vil, límpiame," ahora serás lavado. Si dejas que el Espíritu Santo opere en tu vida te levantarás con todos tus pecados perdonados. Y aunque te despertaste esta mañana con cualquier tipo de pecado que puedas imaginar, descansarás esta noche en el Amado.
Si crees en el que justifica al impío, eres salvo. ¡Oh! Que el Espíritu Santo te dé fe salvadora y que el Señor Jesús transforme tu llanto en danza y que por cenizas te dé resplandor. Bendito sea Dios.
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