martes, 27 de junio de 2017

ESCUDRIÑAD



Juan 5:39
"Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;"


La palabra griega que aquí se traduce "escudriñad" significa una búsqueda estricta, cercana, diligente, curiosa, tal como hacen los hombres cuando están buscando oro, o cazadores cuando están buscando presas. No debemos contentarnos con haber dado una lectura superficial a un capítulo o dos, sino con la vela del Espíritu debemos deliberadamente buscar el significado de la Biblia. 


Las Sagrada Escritura requiere de la búsqueda exhaustiva, y gran parte de ella sólo se puede aprender mediante un estudio cuidadoso. Hay leche para bebés, pero también carne para hombres fuertes. Los rabinos sabiamente dicen que una montaña de materia cuelga de cada palabra y de cada título de la Escritura. Tertuliano exclama: "Adoro la plenitud de las Escrituras". Ningún hombre que simplemente roza el libro de Dios puede sacar provecho de ello. Debemos cavar y minar hasta que obtengamos el tesoro escondido. 

La puerta de la palabra sólo se abre ante la llave de la diligencia. Las Escrituras dicen que escudriñemos. Son los escritos de Dios, que llevan el sello divino y su inspiración, ¿quién se atreverá a tratarlos con ligereza? El que los desprecia desprecia al Dios que los escribió. Dios no permita que ninguno de nosotros deje nuestras Biblias para convertirnos en cristianos que no leen. La palabra de Dios pagará esa búsqueda. 

La Escritura crece sobre el estudiante. Está llena de sorpresas. Bajo la enseñanza del Espíritu Santo, al ojo del buscador brilla con esplendor de revelación, como un vasto templo pavimentado con oro forjado, cubierto de rubíes, esmeraldas y todo tipo de gemas. Ninguna mercancía es como la mercancía de la verdad de la Escritura. Por último, las Escrituras revelan a Jesús: "Son ellos los que dan testimonio de mí". 

No se puede pedir a los lectores de la Biblia ningún motivo más poderoso que éste: el que encuentra a Jesús encuentra la vida, el cielo, todas las cosas. Feliz aquel que, buscando en su Biblia, descubre a su Salvador.

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