martes, 6 de junio de 2017

PEQUEÑAS ZORRAS




Cantares 2:15
"Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas;
Porque nuestras viñas están en cierne."


Un poco de espina puede causar mucho sufrimiento. Una pequeña nube puede ocultar el sol. Los pequeños zorros estropean las vides... Y pequeños pecados hacen daño al corazón tierno. Estos pequeños pecados se hunden en el alma, y ​​lo hacen tan lleno de lo que es odioso a Cristo, que nuestra relación con Él se ve gravemente afectada.


Un gran pecado no puede destruir a un cristiano, pero un pequeño pecado puede hacerlo miserable, porque el creyente lo puede llegar a trivializar. Jesús no andará con su pueblo a menos que expulsen todo pecado conocido. Él dice: "Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor". Algunos cristianos muy raramente disfrutan de la presencia de su Salvador. ¿Cómo puede ser esto? Seguramente debe ser una aflicción para un niño tierno el ser separado de su padre. Pero muchas veces nosotros nos hallamos en la vida sin ningún tipo de relación con Dios ¡Qué! ¡Tú el cónyuge de Cristo, y sin embargo contento sin su compañía! 

Ciertamente, es éste un estado triste. Preguntémonos entonces: ¿Qué ha alejado a Cristo de ti? Si te sientes lejos de su rostro, como detrás del muro de pecados, es momento de actuar. Esa pared puede ser construida de pequeños guijarros, tan fácilmente como de grandes piedras. El mar está hecho de gotas. Las rocas están hechas de granos... y el mar que te separa de Cristo, se llenará de las gotas de tus pequeños pecados.Y la roca que casi ha destrozado tu barca, puede haber sido hecha por el trabajo diario de los insectos de coral de tus pequeños pecados. 

Si quieres vivir con Cristo, y caminar con Cristo, y ver a Cristo, y tener comunión con Cristo, ten cuidado de "las pequeñas zorras que arruinan las viñas, porque nuestras vides tienen uvas tiernas". Jesús te invita a ir con él y destruir cualquier cosa que se oponga entre tú y Él. ¿Estás dispuesto a aceptar la invitación?

No hay comentarios:

Publicar un comentario