Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 15 de noviembre de 2017
EL SALMISTA
2 Samuel 23:1
"Estas son las palabras postreras de David.
Dijo David hijo de Isaí,
Dijo aquel varón que fue levantado en alto,
El ungido del Dios de Jacob,
El dulce cantor de Israel:"
Entre todos los santos cuyas vidas están registradas en las Sagradas Escrituras, David posee una experiencia del carácter más llamativo, variado e instructivo. En su historia nos encontramos con pruebas y tentaciones que no pueden ser descubiertas, en conjunto, en otros santos de la antigüedad, y por lo tanto es un tipo más sugerente de nuestro Señor. David conocía las pruebas de todas las filas y condiciones de los hombres. Los reyes tienen sus angustias, y David llevaba una corona; el campesino tiene sus cuidados, y David manejó el cayado de un pastor; el vagabundo tiene muchas dificultades, y David vagó en el desierto como un fugitivo.
El salmista también fue juzgado por sus amigos, su consejero Aitofel le abandonó: "El que come pan conmigo, levantó su talón contra mí". Sus peores enemigos eran de su propia casa: sus hijos eran su mayor aflicción. Las tentaciones de la pobreza y de la riqueza, del honor y del reproche, de la salud y de la debilidad, todos probaron su poder sobre él. Tenía tentaciones de afuera para perturbar su paz, y de dentro para estropear su alegría. David no más escapaba de una prueba y caía en otra; probablemente por esta causa los salmos de David son tan universalmente el deleite de los cristianos experimentados. Cualquiera que sea nuestro estado de ánimo, ya sea éxtasis o depresión, David ha descrito exactamente nuestras emociones.
Era un maestro conocedor del corazón humano, porque había sido entrenado en la mejor de todas las escuelas, la escuela de la experiencia sentimental y personal. A medida que nos instruimos en la misma escuela, a medida que maduramos en gracia y en edad, cada vez apreciamos los salmos de David, y los encontramos como "pastos verdes". Alma mía, que la experiencia de David te consuelen y te aconsejen hoy.
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