sábado, 11 de noviembre de 2017

EXAMEN DEL CORAZÓN



Jeremías 51:51
"Estamos avergonzados, porque oímos la afrenta; la confusión cubrió nuestros rostros, porque vinieron extranjeros contra los santuarios de la casa de Jehová."


En este relato los rostros del pueblo del Señor estaban cubiertos de vergüenza, porque era algo terrible que los hombres se entrometan en el Lugar Santo reservado sólo a los sacerdotes. En todas partes de nosotros vemos ahora esto como causa de dolor. ¡Cuántos hombres impíos ahora están educando con la visión de entrar en el ministerio! ¡Cuán tremendo es que se impongan las ordenanzas a los no convertidos, y que entre las iglesias más iluminadas de nuestra tierra haya tal falta de disciplina! 


Adulterar la Iglesia es contaminar un pozo, derramar agua sobre fuego, sembrar un campo fértil con piedras. Que todos tengamos gracia para mantener en nuestra propia manera la pureza de la Iglesia, como una asamblea de creyentes, y no una nación, una comunidad no salva de hombres inconversos.

Nuestro celo debe, sin embargo, comenzar en casa. Examinemos nosotros mismos acerca de nuestro derecho a comer en la mesa del Señor. Veamos que tenemos en nuestra vestidura de boda, para que no seamos intrusos en los santuarios del Señor. Muchos son llamados, pero pocos son escogidos; el camino es estrecho, y la puerta es estrecha. Oh, para que la gracia llegue a Jesús correctamente, con la fe de los elegidos de Dios. 


El examen de conciencia del corazón es el deber de todos los que son bautizados o vienen a la mesa del Señor. "Búscame, oh Dios, y conoce mi camino, pruébame y examina mi corazón".

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