Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
sábado, 4 de noviembre de 2017
OYÓ NUESTRO CLAMOR
Éxodo 3:7
"Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias."
Algunas afirmaciones (de tantas) que podemos hacer acerca de Dios:
1. Él es el Médico, y si lo sabe todo, no hay necesidad de que el paciente sepa algo. ¡Cuántas veces queremos saber lo que no está todavía disponible! Lo que no sabes ahora, lo sabrás en el futuro, y mientras tanto, Jesús, el médico amado, conoce tu alma en las adversidades. ¿Por qué el paciente necesita analizar todo el medicamento, o estimar todos los síntomas? Esta es la obra del Médico, no del paciente; es mi deberconfiar, y el suyo prescribir. Si Él escribe su receta en caracteres desagradables que no puedo leer, no estaré inquieto por eso, sino que confío en su habilidad inquebrantable para dejar todo claro en el resultado, por misterioso que sea en el trabajo.
2. Él es el Maestro, y su conocimiento es para servir a los demás, no para jactarnos; debemos obedecer, no juzgar: "El siervo no sabe lo que hace su señor". ¿El arquitecto debe explicar sus planes a cada hombre de las obras? Si conoce su propia intención, ¿no es suficiente? El buque en la rueda no puede adivinar a qué patrón se conformará, pero si el alfarero entiende su arte, ¿qué importa la ignorancia de la arcilla? Mi Señor no debe ser interrogado más por alguien tan ignorante como yo.
3. Él es la Cabeza. Todos los centros de comprensión allí. ¿Qué juicio tiene el brazo? ¿Qué comprensión tiene el pie? Todo el poder de saber se encuentra en la cabeza. ¿Por qué debería el miembro tener un cerebro propio cuando la cabeza cumple para cada cargo intelectual?
Aquí, entonces, el creyente debe descansar su consuelo en la enfermedad, no para que él mismo se busque su cura, sino para ir a Jesús que lo sabe todo. Dulce Señor, sé tú para siempre ojo, y alma, y cerebro nuestro, por mi parte me voy a contentar con lo que me quieras revelar y enseñar día a día. Así sea.
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