viernes, 23 de diciembre de 2016

CORTOS DE DÍAS



Job 14:1
"El hombre nacido de mujer,
    Corto de días, y hastiado de sinsabores."


Puede ser de gran utilidad para nosotros, antes de dormirnos, recordar este hecho, porque puede llevarnos a soltarnos del apego en exceso a las cosas terrenales. No hay nada muy agradable en el recuerdo de que no estamos por encima de los ejes de la adversidad, sino que la vida puede bajar nuestros aires de grandeza y evitar nuestra jactancia. 


Si recordamos que todos los árboles de la tierra están marcados por el hacha del leñador, no deberíamos estar tan dispuestos a construir nuestros nidos en ellos. Debemos amar, pero debemos amar con el amor que espera la muerte, y que cuenta con las separaciones. Nuestras queridas relaciones nos son prestadas, y la hora en que debemos devolverlas a la mano del prestamista puede estar incluso en la puerta. Lo mismo sucede ciertamente con nuestros bienes mundanos. ¿No les salen alas a las riquezas y se alejan? Nuestra salud es igualmente precaria. Como las frágiles flores del campo, no debemos considerar florecer para siempre. 

Hay un tiempo designado para la debilidad y la enfermedad, cuando tendremos que glorificar a Dios por el sufrimiento. No hay un solo punto en el que podamos esperar escapar de las agudas flechas de la aflicción; de nuestros pocos días no hay uno a salvo de la tristeza. La vida del hombre es un barril lleno de vino amargo... El que busca la alegría en él debe buscar mejor miel en un océano de salmuera. 

Amado lector, no pongas tu afecto en las cosas de la tierra; sino busca lo que está arriba, porque aquí la polilla devora y el ladrón rompe, pero allá todas las alegrías son perpetuas y eternas. ¡Señor, haz de este pensamiento una almohada para muchas personas cansadas!

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